Los costes laborales récord en la construcción impulsan al alza el precio de la vivienda en España

El sector de la construcción española vive un momento complejo: la escasez de mano de obra cualificada y la presión inflacionaria han llevado los costes laborales a máximos históricos. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el coste medio por trabajador supera los 3.300 euros mensuales. Esta cifra, que incluye salarios, cotizaciones y pagas extra, está transformando la rentabilidad de las promociones y el precio final de las viviendas.

El nuevo factor que encarece la vivienda

Durante la crisis de materiales de 2022–2023, el acero y el hormigón acapararon titulares. Hoy, el reto es distinto: encontrar profesionales cualificados. El déficit de mano de obra en el sector del ladrillo es tan grande que las promotoras están ofreciendo salarios récord, lo que repercute directamente en los costes de producción.

Las empresas constructoras reconocen que este aumento ya supera el 15% interanual, un crecimiento que erosiona márgenes y pone en riesgo la viabilidad de algunos proyectos residenciales.

De los costes a los precios: cómo se traslada al mercado

Cada promoción inmobiliaria debe mantener un equilibrio entre coste, rentabilidad y demanda. Si los costes laborales se disparan, los promotores se ven obligados a subir precios o a reducir la escala de sus proyectos. Este fenómeno está ralentizando la creación de nueva vivienda, en especial en regiones como Comunidad Valenciana, Madrid y Andalucía.

El resultado: una menor oferta que presiona los precios al alza.

Impacto para inversores y compradores

Para el inversor inmobiliario, este contexto supone un doble reto:

• Menor margen de beneficio en promociones nuevas.

• Mayor competencia en el mercado de segunda mano.

Sin embargo, también abre nuevas oportunidades: proyectos en fases tempranas, inversiones en rehabilitación y obra usada con potencial de revalorización.

Perspectiva a medio plazo

Los analistas coinciden: si la oferta no crece al ritmo de la demanda, los precios seguirán tensionados. La solución pasa por políticas de formación en el sector y estrategias que impulsen la productividad.

Mientras tanto, el comprador final debe apoyarse en asesoramiento experto para identificar oportunidades reales y no dejarse llevar por titulares alarmistas.

Conclusión:
El ladrillo español sigue siendo un valor sólido, pero más caro de levantar que nunca. En un contexto donde cada euro cuenta, la información y el acompañamiento profesional marcan la diferencia.

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